“TOLERANCIA ES ENCONTRARNOS EN NUESTRAS DIFERENCIAS”

Acercarse a la realidad de un centro educativo es entender que siempre hay que tener en cuenta el aspecto académico, por supuesto, pero si cabe, mucho más, el plano convivencial. Las relaciones interpersonales diarias de los alumnos son siempre un bonito reto; diferentes formas de ser, de sentir, de vivir y de entender la realidad que les rodea que hay que tratar de acompañar especialmente cuando surgen conflictos. En este sentido, la convivencia siempre debe ser considerada un pilar básico, de ahí, que entre nuestras competencias FEyE, la competencia relacional tenga mucho que decir.

Siempre hemos considerado que la prevención de conflictos es clave para un buen clima en el centro pero requiere de otros elementos. Este curso académico hemos decidido dar un paso más partiendo de la siguiente pregunta ¿cómo podemos involucrar aún más al alumnado dentro del marco convivencial? La puesta en marcha de un equipo de mediación con alumnos ayudantes es, sin duda, una buena respuesta. Si los alumnos son los protagonistas de la gran parte de la convivencia dentro del centro, ¿por qué no deberían tener un papel importante dentro de la gestión de conflictos?
Basándonos en la experiencia y colaboración del Colegio FEyE Santa María de la Providencia (SMP) nos pusimos manos a la obra y diseñamos un plan de mediación basado en una hoja de ruta que recoge las principales acciones que se han llevado a cabo desde el curso académico 2018-2019.

En primer lugar, el equipo directivo junto con el departamento de orientación recibió formación sobre programas de mediación y alumnos ayudantes tras haber hecho, como cada curso, una valoración de la convivencia. Posteriormente se formó a la totalidad del claustro de profesores que recibió con muy buena actitud la iniciativa. Es importante mencionar que, este curso, los docentes también han recibido formación en disciplina positiva, lo que ha servido como complemento ideal para la resolución de conflictos. Ya estábamos listos para poder empezar a realizar acciones más específicas: la creación de un grupo de convivencia formado por el equipo directivo, dos profesores de primaria, dos profesores de secundaria y el departamento de orientación.

A partir de la organización del grupo de convivencia se concretaron las numerosas acciones que se habían definido dentro de nuestra hoja de ruta; se creó un anagrama y eslogan, se impartió formación a los alumnos ayudantes a través de seis módulos, se presentó a familias el programa por los propios alumnos ayudantes, se potenciaron las asambleas delegados y asamblea parlamento en ESO, los alumnos participaron en la elaboración de cartelerías con frases motivadoras por todo el centro, se creó un vídeo promocional para el programa y que tuvo su difusión por nuestras redes sociales mip_feye, se elaboró un tríptico explicativo para alumnos y familias informando sobre el programa de alumnos ayudantes, se siguió dando prioridad al buzón de ayuda, donde los alumnos depositan las necesidades que tienen, o cualquier sugerencia de forma anónima necesite mejorar, se diseñaron y crearon chapas identificativas para que los alumnos ayudantes estén identificados en cada momento, se habilitaron rincones de escucha y diálogo en los pasillos y patio, …

Cuántas iniciativas, ¿verdad? En cuanto a los alumnos ayudantes es importante entender que su finalidad ha sido atender a la diversidad, mejorar el clima de convivencia del centro, educar en valores, acompañar al alumnado nuevo, y dar respuesta a los problemas interpersonales en el ámbito escolar siempre derivando al grupo de convivencia aquellos conflictos que requieren de un trato por parte de adultos. Hay que aclarar que no son chivatos, ni policías, sino aquellas personas que ayudan a sus compañeros y compañeras cuando alguien les molesta, se sienten solos o discriminados. Les han escuchado, han liderado actividades de prevención y han acogido a alumnos recién llegados al centro. Y lo cierto es que el balance ha sido totalmente positivo.

La mediación abre el camino para mejorar la convivencia escolar ayudando al desarrollo integral de la persona. Los alumnos se sienten acompañados durante el proceso y comprueban cómo el centro les ofrece herramientas de ayuda ante conflictos pudiendo aprender estrategias para resolver conflictos experimentando alternativas a la violencia en entornos sociales más seguros. Por otra parte, el alumno participa de la vida del centro convirtiéndose en un elemento más del desarrollo social y personal.

“La mediación está realizada por un grupo de alumnos voluntarios con características específicas (imparcialidad, ganas de ayudar, etc…) que hemos recibido una formación previa para saber que nuestras labor es intervenir de manera no forzada entre dos partes en un conflicto o acompañar a alumnos que puedan sentirse solos. El programa ha causado un gran efecto entre nosotros los mediadores que hemos aprendido lo difícil que puede ser a veces pero que cuando lo hacemos ayudamos a las personas. La convivencia es algo delicado y nos damos cuenta del daños que se puede hacer con algún comentario o acto” (Paola Castellanos, Mario Acero, Sofía Rodríguez, Isabel Trujillo y Nayra Redondo alumnas de ESO)